Signos de alerta para detectar la anorexia o la bulimia en niños y adolescentes

No todos los trastornos de conducta alimentaria van ligados a la pérdida de peso – Foto: Pexels

Las estadísticas son escalofriantes. Según la Asociación Contra la Anorexia y la Bulimia (ACAB) los últimos estudios apuntan que un 5% de la población española de entre 12 y 21 años, padece un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). En Cataluña un 11% de chicos y chicas presenta conductas de riesgo, según la Fundación Instituto de Transtornos Alimentarios  (FITA).

Lo que más preocupa es que en muchos casos la familia no se da cuenta de lo que está pasando hasta que la enfermedad ya está muy avanzada.

Es el caso de una niña de once años de la escuela de mis hijos. El verano pasado sus padres tuvieron que interrumpir las vacaciones de urgencia, porque la chica (que tenía 10 años entonces) perdió el conocimiento varias veces durante el viaje, sin ninguna razón aparente. Ya en casa e ingresada en el hospital fue diagnosticada de un trastorno alimentario en un estado avanzado. Esta niña había terminado el curso con buenas notas. A simple vista todo iba bien.

9 de cada 10 casos son chicas – Foto: ACAB

“Las expectativas de muchas de estas jóvenes son muy altas. Son perfeccionistas y exigentes. Chicas diez con una autoestima muy baja“, explica Paula Gadea, psicoterapeuta especialista en trastornos de la conducta alimentaria y la obesidad del centro ITA en Tarragona. La bulimia, la anorexia o el trastorno por atracón son sólo la punta del iceberg. “Son síntomas de un problema más profundo mental que las pacientes gestionan ejerciendo un control extremo sobre la alimentación y el ejercicio físico como mecanismo para huir o negar una cuestión que las angustia”, argumenta Paula Gadea.

Y es que no hay un único factor que se relacione con los trastornos de conducta alimentaria. Algunos son el resultado de experiencias negativas como el acoso escolar, la separación de los padres, malos tratos o abusos sexuales. Pero otros están relacionados con la autoexigencia, la baja autoestima, el no saber gestionar las emociones, el miedo a ser excluido o la falta de comunicación empática en el entorno familiar. Pocas veces son el simple resultado de una dieta extrema para tener un cuerpo más atractivo. Y es que no en todos los casos necesariamente se produce una alteración en el peso.

Como podemos detectar si nuestros hijos/as sufren un trastorno de conducta alimentario?

En primer lugar hay que tener claro que aunque los TCA son más habituales en chicas (9 de cada 10 casos son mujeres), afectan ambos sexos. Así que tanto si tenemos hijos como hijas, debemos estar atentos. Sobre todo en la etapa de la adolescencia, ya que es durante este periodo que la personalidad, la autoestima y rol social de la persona están en pleno desarrollo.

La detección precoz de un trastorno de la conducta alimentaria incrementa el porcentaje de recuperación y curación. En este sentido, Paula Gadea nos da unas claves para entender las diferencias entre los tipos de trastornos de conducta alimentaria y los signos de alerta característicos en cada caso.

Las personas que sufren anorexia nerviosa sienten un miedo intenso a aumentar de peso o a engordar, y están excesivamente preocupadas por su silueta. Su obsesión es perder peso eliminando alimentos de su dieta y compensando lo que comen haciendo ejercicio o tomando laxantes.

Aparte de que la pérdida de peso excesivo es una señal de alarma clara, podemos detectar que algo no va bien si nuestro hijo o hija: – Separa alimentos en el plato – Cuenta los alimentos que come o demuestra un interés exagerado por recetas de cocina, dietas, tablas calóricas – Trata de evitar las comidas o cenas familiares y pide ciertos alimentos o que otros se eviten a la hora de cocinar – Tiene preferencia por la ropa amplia y los pareos en la playa, para ocultar su cuerpo. – Tiene tendencia al aislamiento social (cerrándose en la habitación o no querer ver los amigos)

– Desaparece la menstruación

La bulimia va relacionada con episodios de ingesta de alimentos incontrolados en los que se ingiere una gran cantidad de alimento en poco espacio de tiempo y generalmente en secreto. Las personas afectadas intentan compensar los efectos de las sobreingesta con purgas mediante vómitos autoinducidos, laxantes o aumento de la actividad física. A diferencia de la anorexia, las personas que padecen bulimia tienen un peso normal o a veces incluso sobrepeso.

Las señales de alerta son: – Encontrar papeles de comida en la papelera o comida escondida en la habitación o en el baño, todo de dulces y alimentos con alto contenido en calorías. – Necesidad de ir al baño justo después de comer o cenar, habitualmente para vomitar lo ingerido – Cambio brusco en el estado de ánimo, alteración del humor relacionados con la comida

– Saltarse alguna comida para compensar lo que se ha comido de más con anterioridad

Al igual que las personas que padecen bulimia, en el caso del trastorno por atracón hay episodios de ingesta compulsiva, pero no se compensa la sobreingesta con purgas. En consecuencia es habitual sufrir sobrepeso u obesidad.
La señal de alerta más clara es que estas personas inician muchas dietas, pero nunca las aguantan en el tiempo.

En caso de detectar algunos de estos sintomas, es importante acudir a un especialista, aunque el mejor cuidado, es la prevención. Según la terapeuta Paula Gadea hacer mínimo una comida familiar juntos favoreciendo un espacio de comunicación puede reducir en un 33% las probabilidades de sufrir un trastorno de conducta alimentaria. Y es que la clave de todo está en aprender a manejar y expresar las emociones y compartirlas con quienes nos rodean.

Recursos didácticos útiles:
La meva vida com una pel·lícula (2018), es un documental donde un grupo de chicas anoréxicas se enfrentan a su enfermedad rodando un largometraje de ficción basado en sus experiencias personales.
Què sents quan no sents res? (Claret, 2016), una novela juvenil escrita por Víctor Panicello en colaboración con jóvenes pacientes de trastornos alimentarios.

Què li passa?, guía para familias con recomendaciones y pautas editada por Asociación contra la Anorexia y la Bulimia