Escuelas tecnológicas: el reto de la transformación digital

Stand de la Escuela Vedruna de Ripoll durante el YoMo 2017 – foto: YouMeKids

“¿Te cuento nuestro proyecto?” Así es como Aina, alumna de cuarto de primaria de la Escuela Vedruna de Ripoll, invita a los asistentes del Youth Mobile Festival Barcelona (YoMo) a visitar el stand de su escuela.

Bajo el lema “Cada gota cuenta”, un proyecto sobre el aprovechamiento del agua, la escuela quiere demostrar en esta primera edición del YoMo que se celebra del 27 de febrero al 2 de marzo de 2017 en Barcelona, como la tecnología puede ser un recurso muy valioso en el aula. El piano hecho con botellas llenas de agua conectadas por cables a una placa Makey Makey  y un ordenador es la estrella del stand. Que suene una canción sólo tocando las botellas con el dedo, deja boquiabiertos incluso a alumnos de secundaria, sobre todo si el “piano” también suena haciendo una cadena humana dándose las manos. Aina recuerda a los asistentes que las personas somos conductoras de electricidad. Y así es como en la asignatura de música también se puede aprender qué es un circuito eléctrico.

“La tecnología no es el fin. Es el recurso”, explica Joana Murgou directora de la Escuela Vedruna. “Nuestros alumnos no son consumidores pasivos de tecnología. Han creado contenidos que les ayudan a aprender”, continúa Murgou. En el stand además del “piano” de botellas puedes calcular el agua que gastas en casa mediante un programa que los alumnos han creado con Scratch, una interfaz de programación muy sencilla e intuitiva para niños desarrollada por el MIT Media Lab en Massachusetts.

Los niños dejan de ser receptores para convertirse en protagonistas del aprendizaje. “El sistema educativo basado en la clase magistral, donde el alumno es un mero receptor de información, ha quedado obsoleto”, explica Montse Junyent, licenciada en dirección y administración de empresas por Esade y fundadora de EducarxTransformar. “Ahora la información está en todas partes -continúa-, y la renovación es necesaria. Ya no se trata de transferir conocimientos básicos, sino competencias para que los niños sean capaces de solucionar problemas y enfrentarse a la vida”.

Piano de botellas en el stand de la Escuela Vedruna de Ripoll – Foto: YouMeKids

En la escuela Carrilet de Palafrugell hace dos años que han introducido la robótica y el Scratch en su programa curricular. “Para nosotros es una manera diferente de trabajar el razonamiento lógico o el método científico de prueba-error”, comenta Domènec Rusca, director de la escuela. Además, la sistemática de programación ha dejado su huella en las redacciones de los alumnos. “Han entendido mucho mejor la importancia del sujeto – predicado para la coherencia del texto, gracias a la lógica de los pasos que utilizan a la hora de programar” añade Rusca.

Vicky Castillo de TbKids, un centro en Sant Cugat del Vallés que ofrece actividades extraescolares de tecnología creativa y emprendedora, lo tiene claro: “Podemos fomentar el método científico haciendo uso de la tecnología. Es la manera de animar a los niños y adolescentes”. Su centro trabaja por proyectos para buscar resultados a un problema o reto. Así sus alumnos han colaborado en un proyecto para optimizar una granja utilizando un robot para sembrar, programando el recorrido del tractor con Scratch o utilizando el Fischer Technik para construir el prototipo de granja inteligente. Otros se han animado desarrollando un prototipo de una “nevera para jóvenes” que avisa con mensajes a su propietario si falta algún producto. Diseñaron e imprimieron su prototipo en 3D. Utilizando el app inventor, desarrollaron una aplicación móvil que les avisara cuando había que ir al supermercado para comprar yogures o algún otro producto que se había acabado. Pero el proyecto no terminó ahí. Todo producto debe llegar al mercado. Por eso los alumnos crearon una página web y un vídeo juego para promocionar la nevera en la red.

Expositor del kit Makey Makey en el YoMo Barcelona – Foto: YouMeKids

Pero todavía hay mucho por hacer. “Las escuelas todavía no apuestan por introducir la tecnología en las aulas, porque les parece una gran inversión. Por ahora se cubre todo con extraescolares”, comenta Yuri Ferry de la empresa Atlantis Internacional que comercializa en España entre otros el Makey Makey, una placa electrónica que permite a los usuarios conectar objetos cotidianos con programas de ordenador.

Y es justamente con el objetivo de superar este reto tecnológico que nace mSchools en 2012. La iniciativa impulsada por el Mobile World Capital Barcelona en colaboración con la Generalitat de Cataluña, el Ayuntamiento de Barcelona y GSMA ayuda a las escuelas a integrar las tecnologías móviles en el aula de manera eficaz aprovechando al máximo los recursos en línea. A través de su Toolbox, un escaparate de aplicaciones móviles evaluadas por docentes de Cataluña siguiendo criterios educativos y de adecuación curricular, las escuelas pueden encontrar aplicaciones útiles para mejorar los procesos de aprendizaje e integrar la tecnología al trabajo por proyectos. El Mobile History Map (MHM), una plataforma de geolocalización similar a MyMaps de Google, es otro instrumento que mSchools ofrece para permitir a los alumnos crear de forma colectiva mapas con elementos del patrimonio cultural, histórico y social. Según Albert Forn, director mSchools, actualmente un millar de centros educativos participan activamente con el programa fomentando el espíritu emprendedor e incrementando las habilidades digitales de los alumnos.

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