Coleccionar arte también puede ser cosa de niños

Sobre la mesa, Martha Zimmermann, fundadora de Plom Gallery ubicada en la calle Séneca de Barcelona, tiene una bolsa llena de monedas, algun o que otro billete y una ficha de un caballito perdida entre céntimos. Es el “botín” que había dentro del  Plom Piggy Bank, una hucha en forma de cerdito redondo y divertido que esta galería de arte contemporáneo dirigida a niños ofrece como alternativa al típico vale regalo. La hucha tiene un coste de 45 euros, que serán descontados del precio final de la obra que se adquiera en un futuro.

Plom Piggy Bank, el cerdito hucha. Primer paso para convertiros en pequeños coleccionistas! – Foto: Plomo Gallery

“La hucha sirve para ahorrar poco a poco”, explica Martha Zimmermann, directora de la galería. “Cuando está llena, los niños vienen aquí con los padres y la rompen a golpe de martillo. Después eligen una obra de arte por el valor del contenido”, añade. La idea de la hucha nació con el objetivo de acercar el arte a los más pequeños de casa y darles la oportunidad de entender el arte como una experiencia que puede formar parte de las sus vidas.

Foto: Juanjo Marín

– Martha Zimmermann, fundadora de Plom Gallery

“Los niños tienen una sensibilidad especial; no tienen prejuicios hacia el arte. Para ellos no hay nada establecido”, comenta Martha Zimmermann. Por eso, cuando esta madre con una larga trayectoria como agente de ilustradores y artistas decidió abrir una galería de arte a finales del 2013, tenía claro que su público objetivo debían ser niños.

Y así, las paredes de la Plom Gallery, la primera galería de arte contemporáneo para niños en España, se llenan de obras de artistas de renombre con un estilo que ‘entre por los ojos’ y cree un vínculo emocional entre el niño y el arte. El color es predominante y las temáticas giran en torno a un mundo imaginario donde los animales, la naturaleza y las situaciones conocidas despierten el interés de los pequeños coleccionistas en potencia.

Aunque en la galería hay sobre todo obras figurativas como las del ilustrador argentino Maxi Luchini, el catalán Sergio Mora o las obras de Tutticonfetti, también se puede encontrar arte abstracto como el de la catalana Clàudia Valsells. “La clave es que la pieza de pie a imaginar cuando esté colgada en la habitación del niño”, afirma Martha Zimmermann.

El arte hace mucho más que decorar una pared

Pero para esta galerista, el arte hace mucho más que ‘decorar una pared’. “Tiene una vertiente educativa y un punto de estímulo y creatividad”, asegura Martha Zimmermann. Por eso su galería siempre tiene la puerta abierta para que grandes y pequeños puedan entrar y disfrutar de las obras, sin la obligación de comprar. Prueba de ello es el “Kid ‘s Room”, el antiguo probador del local (que antes de galería de arte había sido tienda de ropa) reconvertido en un pequeño espacio donde los más pequeños pueden encontrar juguetes de madera y libros ilustrados para pasar un rato, mientras los niños mayores y los adultos descubren de la mano de la Martha los diferentes artistas y estilos.

Taller “Paint the street” organitzado por Plom Gallery – Foto: Plom Gallery

El arte no es solo para ricos

“Esta función pedagógica es el paso previo al descubrimiento de un museo”, explica la directora de la galería. Pero las acciones para acercar el arte a los más pequeños de casa van más allá de las explicaciones. Un sábado al mes la Plom Gallery convoca un taller de pintura, en colaboración con Planeta Bea, dirigido a niños de 4 a 10 años para profundizar en el trabajo de un artista, su estilo y su vida. Las colaboraciones con festivales como el Primavera Sound, Minimúsica o el Palo Alto Market, donde la Plom Gallery ofrece talleres de arte a un público familiar, complementan las acciones de divulgación del arte con el objetivo de romper el tópico “que el arte es sólo para ricos”, explica Zimmermann.

En Plom Gallery podréis encontrar obras originales y firmadas por el artista desde treinta euros. Cada cuadro se entrega con un certificado de autenticidad que incluye el nombre del niño. De este modo, el niño se convierte en el propietario de la obra y da el primer paso para abrirse camino como pequeño coleccionista.