El cambio educativo comienza en casa

El cambio educativo comienza en casa con pequeños proyectos familiares – Foto: LittleBits

“El sistema basado en la clase magistral, donde el alumno es un mero receptor de información, ha quedado obsoleto”, explica Montse Junyent, licenciada en dirección y administración de empresas por Esade y fundadora de EducarxTransformar. “Ahora la información está en todas partes -continúa-, y la renovación es necesaria. Ya no se trata de transferir conocimientos básicos, sino competencias para que los niños sean capaces de solucionar problemas y enfrentarse a la vida“. Los niños dejan de ser receptores para convertirse en protagonistas del aprendizaje.

En el fondo se trata de formar agentes del cambio con espíritu crítico, que cuestionen lo que les rodea y piensen por sí mismos. “Lo que se pretende -comenta Montse Junyent- es enseñar a los niños a ser propietarios de su destino, a ser capaces de marcarse unos objetivos y mejorar su entorno”.

Este proceso de cambio en las escuelas no será de un día para otro. Es un proceso que lleva su tiempo. Pero el cambio de mentalidad es importante y necesario para educar agentes del cambio capaces de transformar el mundo en que vivimos. “Por ello, entre otras cosas, debemos educar en las emociones y el espíritu crítico, y trabajar el emprendimiento desde la vertiente social”, explica Montse Junyent. Son valores que se empiezan educando en casa.

¿Pero como educamos en la innovación o incentivamos el emprendimiento desde el núcleo familiar? Básicamente tenemos que usar herramientas que fomenten mentes creativas y curiosas, capaces de generar ideas, emprender acciones, hacer propuestas, ser activas ante las situaciones.

Juegos de mesa para trabajar la toma de decisiones, el trabajo cooperativo, la gestión de recursos y el design thinking

Lluvia de ideas jugando a  The Extraordinaries – Foto: Lu2

En este sentido, Xavier Moratonas, cofundador de Lu2, apuesta por el uso de los juegos de mesa como recurso pedagógico, ya que se puede trabajar la toma de decisiones, el trabajo cooperativo, la gestión de recursos y el design thinking de una forma lúdica en familia. “Un juego como ‘The Extraordinaires Design Studio’ estimula la capacidad creativa, porque tenemos que diseñar unos productos que se adapten a las necesidades de los “extraordinarios”, unos personajes extremos, con profesiones o circunstancias vitales poco habituales“, comenta. “Ser creativo es un esfuerzo. Normalmente vamos con el piloto automático puesto y no nos planteamos si muchas cosas las podríamos hacer de otra manera, pero hay momentos en que tenemos que salir de esta zona de confort y pensar fuera de los límites habituales y desde perspectivas no habituales y es justo eso lo que hace este juego. Nos ayuda a cuestionarnos e ir más allá “explica Xavier Moratonas.

Desde muy pequeños podemos empezar a trabajar la gestión de recursos y la toma de decisiones con juegos como el “Súper Granger”. Se trata de ser el primero en conseguir un conejo, una oveja, un cerdo, una vaca y un caballo. Para alcanzar este objetivo los animales han de reproducirse y esto permitirá cambiarlos en el mercado por otros animales o por los perros que pueden protegerlos de los ataques de las bestias salvajes que rondan la granja. “En este juego se trabaja el cálculo, la estrategia y la toma de decisiones“, detalla Xavier Moratonas, “aunque también entra el componente de la suerte a través de los dados. Un cambio de regulación, una subida fuerte de intereses son los “dados” de la vida real y pueden influir en el resultado, por lo tanto los niños deben saber que hay una parte de incertidumbre por mucho que lo tengas todo controlado“.

Para Xavier Moratonas los juegos ofrecen la oportunidad de aplicar el método “prueba-error” y probar diferentes técnicas. Podemos aprender los errores propios y de los errores de los demás.

Hacemos uso de espacios donde se aprenda haciendo para potenciar el espíritu curioso y creativo

El juego de electrónica LittleBits estimula la creatividad – Foto: LittleBits

De esta misma idea parte LittleBits. Se trata de unos kits que contienen una colección de módulos electrónicos para crear prototipos, instrumentos de música y juguetes basándose en la idea de los bloques de construcción. Uno de sus eslóganes es “Test ideas without fear” (prueba ideas sin miedo). Gracias al sistema de imanes, los módulos y circuitos electrónicos se acoplan sin la necesidad de soldaduras, cableados o programación, lo que permite a los niños experimentar e inventar sin muchas complicaciones. Es un recurso idóneo para emprender pequeños proyectos familiares que den soluciones a problemas existentes, tales como un comedero inteligente para la mascota cuando salgáis todo un día, una alarma para intrusos o una casa de juguete automatizada.

Santi Fuentemilla, coordinador FabKids BCN e instructor de FabAcademy, está de acuerdo en que la tecnología consigue motivar e incentivar la curiosidad de los niños. “En el FabLab las familias tienen máquinas de impresión 3D y cortadoras láser al alcance para diseñar su propio proyecto y darle una solución real. Pasan de ser agentes pasivos que necesitan algo y lo compran, a actuar, desarrollar y participar en el proceso de creación”. En estos espacios de fabricación a escala personal, abiertos al público y con máquinas compartidas controladas por ordenador, se experimenta, se comparte conocimiento y aprende haciendo. Es el lugar idóneo para hacer muebles a medida, construir las piezas rotatorias para planetario de la escuela … básicamente se puede fabricar todo lo que se pueda imaginar. Además, Fablabs como los de de Barcelona, Sant Cugat del Vallès y Terrassa tienen una sección de FabKids donde se ofrecen actividades y talleres pensados específicamente para niños y jóvenes, donde la robótica y la tecnología son la base para inventar, fabricar e innovar .

Talleres de FabKids BCN – Foto: FabLab BCN

En la misma línea trabajan los Ateneus de Fabricació de Barcelona. Se trata de espacios municipales donde el uso de la maquinaria y las instalaciones es gratuito a cambio de una contraprestación. “Aquí, -explica Jorgina Martínez coordinadora del Ateneu de Fabricació de les Corts-, hay un valor añadido de economía colaborativa, donde los proyectos que se pongan en marcha tienen un valor social y mejoran la vida de las personas” . Así, los Vailets Hacklab, una comunidad de personas que trabaja desde hace unos años para potenciar el desarrollo de las distintas inteligencias de los niños a través de la tecnología y los retos creativos, organizó en el Ateneo su Hacklabs day con talleres de programación, robótica y tinkering (talleres de creación y construcción, que respondan a un reto), abiertos a toda la comunidad como contraprestación por el uso de las instalaciones.

¿Pero qué pasa si no eres tan creativo? La creatividad se educa y aprende. El ateneu de fabricació La Fàbrica del Sol de Barcelona ofrece cada sábado talleres familiares donde se plantea un reto y se dan unas herramientas y pautas para resolverlo. Así, padres y niños construyeron un kart que iba con energía solar o crearon kits de visibilidad para las bicis. Pronto la oferta de actividades se ampliará con un taller para fabricar juguetes con material reciclado.

Según Alfonso Miàs, coordinador de instalación, “se trata de talleres donde el método de prueba-error es la base de la experimentación, con un valor añadido de aprovechamiento de recursos y reducción de residuos, ya que el material que utilizamos es reciclado“. De nuevo volvemos a la idea de educar para formar agentes del cambio capaces de mejorar el mundo que les rodea.

Salidas, la paga y gestión de finanzas: recursos al alcance de todos

La paga, un buen recurso para aprender a gestionar dinero.

Pero no todo el mundo tiene un FabLab o Ateneo de Fabricación al lado de casa. Según Montse Junyent, fundadora de EducarxTransformar, hay recursos sencillos que favorecen el desarrollo de la creatividad, la cooperación y la gestión de recursos, todos elementos básicos para innovar y emprender.

“Ver cosas, hacer actividades creativas los fines de semana y hablar en casa ayuda a abrir la mente de los niños”, explica Montse Junyent. “Hacer partícipes de proyectos familiares como las vacaciones, puede ser un recurso para involucrarlos en la gestión familiar. Los niños pueden aportar ideas, ayudar a tomar decisiones e incluso ayudar a hacer un presupuesto revisando los costes de las actividades que se quieren hacer, por ejemplo “, continúa Montse Junyent.

Otro instrumento para aprender a administrar recursos es la paga, siempre y cuando se haga de la forma correcta. “Hay que tener en cuenta que nunca se debería dar a cambio de tareas de casa, ya que colaborar en casa es un valor que también se ha de enseñar” aconseja Montse Junyent. “Una cantidad pequeña, sigue Junyent, a partir de los 12-13 años, está bien para que aprendan a gestionar su dinero, a aprender cómo invertirlos, presupuestar sus necesidades personales y dar valor a las cosas materiales”. Pero la paga perderá su propósito si los padres salen al rescate de sus hijos cuando quieren comprar algo de más valor. Deben aprender a autogestionarse y tomar sus decisiones.

Al fin y al cabo, si queremos educar en el emprendimiento, debemos educar a nuestros hijos en el pensamiento crítico y en valores, porque emprender es un estilo de vida que les lleva a ser propietarios de su destino.

10 Recursos para educar en emprendimiento:
Libros:
Jo de gran vull ser e-co-no-mis-ta Montse Junyent – Ed. Proteus / Ed. Leqtor
Quantes arrels de gerd necessites per ser feliç?, de Montse Junyent – Editorial Comanegra
La creativitat, un joc d’infants , de Maria Batet
El geni emprenedor, de Miquel Morante – Emprendia Editorial

Juegos de Gestión de recursos: Viva topo (+ 5años) – Editorial Selecta

Súper granger (+7 años) – Editorial Granna

Puerto Rico (+10 años) – Editorial Devir

Juegos creativos:
The Extraordinaires Design Studio (+8 años)

Juegos cooperativos:
L’illa Prohibida (+10 años) – Editorial Devir
Rescate (+10 años) – Editorial Devir