Bruselas con niños: ruta del cómic

Si visitar ciudades con niños puede parecer un trabajo complicado, en Bruselas nos lo ponen fácil. Aprovechando la rehabilitación de edificios singulares de la capital belga a finales de los años ochenta y principios de los noventa, convirtieron las paredes que quedaban al descubierto, después de los derribos selectivos, en escaparates del mundo del cómic.

Y es que los grandes autores y dibujantes de la historieta ilustrada, como Hergé (padre del intrépido reportero Tintín, que viaja por todo el mundo acompañado por su perro Milú y personajes inolvidables como el capitán Haddock) o Peyo, creador de los Pitufos, concibieron sus personajes en esta ciudad.

También Lucky Luke, Marsupilami e incluso Spirou y Fantasio son belgas. Todos tuvieron su origen en revistas belgas como Le journal de Spirou o Le journal de Tintín, formados bajo dos escuelas que dejaron su huella en el mundo del cómic: la Línea Clara o Escuela de Bruselas, con un trazo fino y depurado del cual Hergé es el principal referente, y la Escuela de Marcinelle, que creó un cómic mucho más caricaturesco y dinámico, con trazos más gruesos que reconocemos en las historietas de Lucky Luke.

La ruta del cómic os lleva a descubrir los rincones más emblemáticos de la ciudad de Bruselas de la mano de los personajes del noveno arte, pero también es una excusa para descubrir dulces belgas como los gofres y el chocolate, o historias de bares antiguos donde se gestaban grandes creaciones.

Preparados para pasear por este “museo” al aire libre? “¡Mil millares de mil millones de rayos y truenos!” (que diría el capitán Haddock), vamos!

La ruta del cómic de Bruselas

Museo del Cómic Belga – Foto: YouMeKids

¿Qué pensáis de comenzar la ruta haciéndoos un selfie junto a la gran estatua de  Tomás el Gafe (Boulevard Pacheco) también conocido como Gaston, ese chico poco disciplinado, tan ocupado con sus inventos y máquinas que se olvida de las cartas que ha de repartir?

Desde aquí sólo hay que bajar las escaleras para llegar a la Rue des Sables y hacer una parada rápida en el número 20. Estos antiguos almacenes de estilo Modernista construidos por Víctor Horta alojan el el Museo del Cómic Belga.  Aquí podréis indagar más sobre el proceso de creación de los cómics, desde el nacimiento de la idea hasta que se imprime. Los niños podrán esconderse en la casita de los pitufos o relacionar los personajes de Astérix con su lugar de procedencia en un gran mural interactivo. ¡Y antes de iros, no olvidéis de haceros una foto con el cohete de Tintin!

Huele a chocolate

Galeries Royales Saint-Hubert – Foto: YouMeKids

Salimos del museo y vamos a la derecha para coger la Rue du Marais (Broekstraat en neerlandés), la primera calle que encontramos a mano izquierda. Continuamos todo recto hasta llegar a las  Galeries Royales Saint-Hubert, un pasaje monumental, totalmente cubierto con una vidriera, concebido como eje vertebral de la ciudad con tiendas, teatros, cafés, restaurantes y apartamentos.

Este lugar de encuentro ciudadano fue la sede en 1896 de la primera proyección pública en Bélgica de las películas de los hermanos Lumière. Si váis al número 7 de la Gallerie du Roi, encontraréis la placa conmemorativa. Hoy en día las galerías se han convertido en los escaparates de las marcas más exquisitas de chocolate belga: Leonidas, Neuhaus, Corné Port Royal o Mary Chocolaterie.

Al salir de la galería, llegaréis a la Gras Markt, una plazoleta muy bonita llena de vida. Ante vosotros encontraréis la calle Colline (Heuvel) que os llevará directos a la Grand Place, pero antes fijaos en el número 13 de esta calle, la Boutique Tintín.  Esta tienda dedicada al joven periodista belga es toda una curiosidad.

Revolucionarios de salón

Grand Place de Bruselas con la casa del Cisne a la izquierda donde Karl Marx escribió el Manifiesto Comunista- Foto: YouMeKids

Y ahora ya podéis continuar hasta la imponente Grand Place, que fue construida como mercado para comerciantes en el siglo XIII. La mayoría de los edificios que veis fueron reconstruidos por los gremios tras el bombardeo por parte de las tropas francesas del rey Luis XIV en 1695. Sólo la fachada y la torre del ayuntamiento, que servía de diana para la artillería, y algunos muros de piedra resistieron las bolas incendiarias.

Fíjaos en las casas. Cada una tiene un distintivo. ¿Veis la casa con el cuerno? Le Cornet o Den Horen pertenecía al gremio de barqueros, por eso la fachada imita la popa de un barco. ¿Y veis la casa con un cisne? En esta antigua casa de los carniceros, reconvertida posteriormente en bar, Karl Marx y Friedrich Engels escribieron su Manifiesto Comunista en 1847.

Lucky Luke custodia los gofres

Mural de Le Jeune Albert – Foto: YouMeKids

Pero dejemos la historia, y vayamos a cazar cómics. Cruzad la Grand Place y tomad la rue de l’Etuve. De repente, topamos a mano derecha con el primer mural, habiendo cruzado la calle Lombard. Aquí vemos a Tintin y el capitán Haddock  ocupados en el rescate del profesor Tornasol. En la misma calle Lombard (número 24) encontraréis la chocolatería Planète Chocolat. Los sábados (16h) y los domingos (15h) abren el obrador donde hacen el chocolate al público para ofrecer demostraciones (en francés e inglés) y una cata de chocolate belga.

¡Qué aroma! Entramos en el territorio de los gofres. En el número 42 Lucky Luke y un pitufo os dan la bienvenida a Le Funambule, el lugar ideal para probar estos dulces belgas. Debéis saber que hay dos tipos de gofres: el gaufre de Liège (Luikse wafel) y el gaufre de Bruxelles (Brusselse wafel). El primero es más pequeño, con esquinas redondeadas, y lleva trocitos de azúcar dentro. Pero no os dejéis engañar por el tamaño. Aunque el de Bruselas es mayor y rectangular, es mucho más ligero y esponjoso.

Y aún con el regusto de los gofres, en la esquina izquierda, donde se encuentran la rue de l’Etuve con la rue de Chêne, descubrimos a Manneke Pis, una estatua diminuta de un niño haciendo pipí. Dice una de las leyendas que en el siglo XIV Bruselas estaba sitiada. Los atacantes habían colocado cargas explosivas en las murallas. Y fue entonces cuando un niño llamado Juliaanske orinó sobre la mecha encendida salvando la ciudad.

Olivier Rameau – Foto: YouMeKids

En el número 9 de la rue du Chêne disfrutaréis del “Flower Power” de los años sesenta en pleno esplendor. Oliver Rameau, un joven asistente de notario y su amada y sensual Colombe Tiredaile, viven una aventura en el mundo de Rêverose donde todo es sueño y fantasía. En este universo utópico no existe el dinero. La moneda de cambio es una sonrisa, un abrazo o una canción. Viviríamos allí, ¿verdad?

Volvamos a la rue de l’Etuve (Stoofstraat). Continuemos la ruta hasta el próximo cruce y giremos a la izquierda por la Rue des Alexiens. En la pared del número 49, a cierta altura encontraréis “Le Jeune Albert“, el joven travieso que hace la vida imposible a cualquier alma que se cruza con él. El autor, Yves Chaland, combina lo mejor de las dos escuelas del cómic: tiene un trazo fino y depurado siguiendo el estilo de la Línea Clara pero a la vez introduce el dinamismo de la Escuela de Marcinelle.

Surrealismo y carne estofada

La Fleur en papier Doré – Foto: YouMeKids

Quizás la subida os ha cansado un poco. No os preocupéis. La próxima parada la hacemos en “La Fleur en papier Doré“, ubicado en el número 55 de la misma calle. El cómic de Stam y Pilou, dos niños vecinos que hacen un montón de travesuras, lo encontraréis en el patio interior de este pub donde Hergé, el autor de Tintín, pasó muchas horas con los artistas belgas más destacados del surrealismo, como Magritte o el escritor Lecomte.

Y es que el local, catalogado, es más que un café. Sólo hay que fijarse en las fotos en las paredes para darse cuenta de que desde hace décadas ocupa un lugar especial en la vida cultural de Bruselas. Aquí podréis degustar auténticas especialidades belgas como la carbonnade, un estofado de ternera y cebolla cocinado con cerveza y sazonado con tomillo y laurel. Y no dejéis de probar las crepes o el Dame Blanche, un helado de vainilla cubierto de chocolate caliente a la taza. Para chuparse los dedos!

Chicas científicas y liberadas de los setenta

Yoko Tsuno – Foto: YouMeKids

Continuad subiendo por la misma calle hasta llegar a la Keizerlaan. Id a la derecha y tomad la primera calle de nuevo a la derecha, para entrar en la Rue de Accolay. Al llegar al segundo cruce, a la altura de la esquina de la calle Nieuwland con Philippe de Champagne, os encontraréis con XIII,  un héroe que, como Jason Bourne en la saga cinematográfica, está muy bien entrenado para luchar sin saber porqué, ya que ha perdido la memoria. Intentando descubrir quién es, vive una aventura tras otra.

Entrad en la calle Nieuwland. En el número 27 acompañaréis a  Yoko Tsuno,  una ingeniera loca por los viajes espaciales. En los años setenta, esta heroína rompía todos los estereotipos de la mujer, despertando el interés por la tecnología, la ciencia y la astronomía.

Cómics y hamburguesas

Planta baja de Houtsiplou con mural – foto: YouMeKids

Continuamos por la misma calle y tomamos el primer desvío a la derecha (Jäger) hasta la plaza Rouppe. Aquí podéis parar para comer en la brasería Houtsiplou, que ofrece una cocina belga además de una amplia gama de sabrosas hamburguesas. A pesar de tener terraza, os recomendamos comer en el interior. Disfrutaréis de las divertidas paredes con un montón de cómics coloridos. Para los niños hay juguetes y libros.

Con la barriga llena, continuamos por la Zuidstraat (Rue du Midi) dedicada a las librerías del cómic. En la esquina con la Rue de Bogard (núm. 28) descubriréis a Monsieur Jean, un novelista parisino que con humor supera los pequeños problemas cotidianos.

Continuamos por la Rue du Midi hasta el cruce con la Grand Cames. Id a la izquierda siguiendo los buenos olores de los restaurantes asiáticos. En la Rue du Bon Secours 9 veréis cómo Ric Hochet, un periodista que colabora con el inspector de policía Bourdon, está a punto de prevenir un crimen.

Broussaille – Foto: YouMeKids

Volvemos a la Kolenmarkt. En pocos metros encontraremos los tres últimos cómics, antes de llegar de nuevo a la Grand Place, punto final de la ruta. A la altura del número 60 veremos al espía inglés Victor Sackville en acción. Y en el otro lado de la calle, justo a la altura del cruce, descubriréis el primer mural que se hizo. Es Broussaille  caminado por las calles de Bruselas acompañado de su novia, Catherine.

Y justo antes de entrar en la Grand Place, en el número 19, encontraréis el “Passage“, un mural que habla de pasajes secretos entre diferentes dimensiones y que, como por arte de magia, pitufa que pitufa, nos transporta a la Grand Place, final del recorrido. ¿Os ha pitufado la propuesta? ¡Pitufadla!

Dónde comer:
A medio camino encontraréis dos lugares ideales para parar con niños. En la brasería Houtsiplou, ubicada en la plaza Rouppe, podréis degustar cocina belga y una amplia gama de sabrosas hamburguesas. En La Fleur en papier Doré  (Rue des Alexiens, 55), podréis probar auténticas especialidades belgas como la carbonnade, un estofado de ternera y cebolla cocinado con cerveza y sazonado con tomillo y laurel. Ambos locales cuentan con tronas y el primero tiene menú infantil y juguetes para entretener a los pequeños.

Cómo llegar: La mejor manera de llegar a Bruselas es en tren. La estación de Bruselas Centraal os deja en el centro de la ciudad, a unos 10 minutos a pie en línea recta de la estatua de Tomás el Gafe (Gaston), en el Boulevard Pachéco número 4, punto de inicio de la ruta.