Niños con móvil: ¿cómo gestionarlo?

“Mama, necesito un móvil”. Si tenéis hijos adolescentes o pre-adolescentes, seguro que habéis oído esta frase. Y si habéis puesto cara de pocos amigos, la siguiente frase será “¡todos tienen uno!”.

Si vuestro hijo tiene 13 años, su clamor no es una exageración. Los resultados de la encuesta del INE del 2017 demuestran que ocho de cada diez niños de esta edad llevan un teléfono en el bolsillo. Y con 15 años la cifra se incrementa al 94%. Hace no tantos años era impensable que niños de 10 años tuvieran un teléfono móvil, pero ahora, el 25% de ellos son los orgullosos propietarios de un smartphone.

Es cierto que en muchos casos los menores rápidamente aprenden a manejar mejor el móvil que sus progenitores, pero esto no implica automáticamente que tengan idea de cómo moverse en este mundo digital. Hay que ser conscientes de que el mundo virtual tiene peligros que no se pueden obviar. El acceso a contenidos inapropiados, el ciberbullying (acoso entre iguales), el grooming (acoso de un adulto a un menor) y el sexting (la creación o envío de textos, fotos o vídeos con un contenido sexual) son amenazas existentes en la red.

Porcentaje de niños de 10 a 15 años que tienen un teléfono móvil propio, según la encuesta de equipamiento y uso de las TIC en los hogares (INE 2017) – Infografía: Smart Me Family

Por ello Katia Velar, psicóloga infantojuvenil y familiar del Centro Interpersonal de Barcelona considera que cuanto más tarde los niños tengan un móvil mejor. “Normalmente a partir de los 13 o 14 años están capacitados para entender los riesgos vinculados al uso del móvil, pero más que la edad depende del nivel de maduración y responsabilidad de cada niño y el acompañamiento de los padres”, afirma la psicóloga . La clave está, por tanto, en educar en un buen uso.

“Si no dejamos a nuestros hijos solos en un parque y les inculcamos que no deben hablar con extraños, deberíamos seguir las mismas reglas en relación al mundo digital”, afirma Pascual Hernández Guzmán, CEO de Smart Me, empresa creadora de la app Smart Me Family. Esta aplicación ayuda a padres y madres a hacer un seguimiento del uso que hacen sus hijos del móvil. La app da información sobre el tiempo que dedican los niños al móvil, cuando y para que lo utilizan. Además ofrece comparativas en relación al resto de usuarios. “Los niños no suelen ser conscientes del tiempo que están delante de la pantalla. Si les enseñas un gráfico que demuestra que en vez de diez minutos llevan una hora enganchados, lo entienden mejor”, explica Pascual Hernández Guzmán. Para este padre de cuatro hijos, no se trata de prohibir, sino de entender lo que hacen los menores y orientarlos de la mejor manera.

Uso medio diario del móvil y número de apps instaladas por menores de 16 años según datos de Smart Me Family

– Pascual Hernández Guzmán, CEO de Smart Me

Por eso Smart Me Family también incorpora un decálogo editable con las normas de uso del móvil, basadas en las 18 reglas de Janell Hoffman que se convirtieron en virales. Apagar el móvil por la noche, tener una contraseña que sepan los padres, no utilizar el móvil para herir a otros con comentarios o fotos o no llevar el móvil a la escuela, son algunos de los acuerdos a los que llegó esta madre americana con su hijo de 13 años, cuando le regaló su primer i-phone.

Para la psicóloga infantojuvenil y familiar, Katia Velar, este tipo de contratos facilitan el trabajo a los padres y madres, ya que aparte de pactar las normas de uso del móvil, también se fijan las consecuencias en caso de incumplimiento. “Hay que regular el uso, pero también los horarios”, afirma Katia Velar. “Hay estudios que demuestran que el 30% de los usuarios no apaga el móvil por la noche”, explica la psicóloga. En este sentido, el informe de Smart Me Family añade un dato preocupante: hasta el 73% de los menores utilizan alguna vez el móvil entre la una y las seis de la madrugada en días escolares. “Si los niños no duermen lo suficiente, el cerebro no descansa y esto puede tener repercusiones en su rendimiento académico y estado físico”, alerta Katia Vilar

Fuente: Smart Me Family

– Katia Velar, psicòloga infantojuvenil i familiar 

Pero no sólo la falta de sueño puede ser un problema, también lo son las adicciones. “Jugar en el móvil puede producir el aumento de dopamina en el cerebro, un neurotransmisor vinculado al placer. Esto hace que nuestro cerebro quiera repetir la acción más veces, abriendo la puerta a la adicción, la pérdida de interés en otras actividades, el olvido de los amigos y la dejadez de los estudios “, explica la psicóloga. Por eso es tan importante controlar el tiempo de juego.

Aplicaciones móviles como Smart Me Family, que monitorizan el uso del móvil de los niños, pueden ser un recurso útil para entender cuánto tiempo dedican los niños a jugar, ver vídeos o chatear con los amigos. Otras apps como Locatgey ofrecen además la posibilidad de limitar el tiempo de uso de cada aplicación para evitar distracciones durante los horarios de estudio, las cenas familiares o las horas de dormir.

En definitiva, dar un móvil a un niño puede suponer una bomba de relojería si no va acompañado de un seguimiento adecuado por parte de los adultos.

Cinco consejos para educar a los niños en el uso del móvil:

1) Estableced unas normas de uso (contrato modelo) y unas consecuencias en caso de incumplimiento
2) Sed coherentes con los límites y dad buen ejemplo (si queréis evitar el uso del móvil durante la cena, no lo utilizéis vosotros tampoco).
3) Respetad las horas de sueño. Por la noche los móviles de los niños deberían estar apagados y fuera de su habitación.
4) Ayudad a los niños a crear los perfiles de las apps que quieran instalar, evitando así las aplicaciones peligrosas y el acceso a contenidos inapropiados. Aprovechad para hablar de los riesgos del ciberbullying, el grooming y el sexting (recurso útil sobre seguridad en internet: Guía Hospital Sant Joan de Déu p.101 a 109)
5) Instalad una app que os ayude a seguir el uso de los smartphone de vuestros hijos.

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