Dudo entre dos escuelas: ¿cuál elijo?

Como muchos padres y madres, Marketa Svobodova, madre de Theo, de 3 años, se encuentra en la recta final para elegir una escuela para su hijo, antes de que abra el periodo de matriculación el próximo jueves 23 de marzo de 2017.

Aún no tiene claro qué escuela elegir. “Estoy dudando entre dos escuelas públicas en Vilafortuny”, comenta esta checa que se instaló en este barrio residencial de Cambrils en 2008 junto a su pareja catalana. “Una escuela es más tradicional y la otra tiene un proyecto educativo más innovador. Cada una tiene cosas que me gustan y otras que no tanto”, continúa Marketa.

Como la mayoría de familias con niños que empiezan P3 el curso 2017-2018, ha aprovechado las puertas abiertas para conocer más de cerca las escuelas de su zona, porque para ella la logística era una tema clave. También ha comparado el proyecto educativo, la oferta de extraescolares y el precio del comedor visitando las webs de los centros. Además, ha intercambiado opiniones con otros padres y madres vecinos, aunque tiene claro que la decisión final debe ser suya. Ha hecho los deberes. Esto le ha ayudado a reducir la lista de escuelas hasta dos, pero ahora llega el trabajo más difícil: priorizar una. “Quiero una escuela que prepare a mi hijo para la vida”, resume Marketa Svobodova.

– Guillermo Bautista Pérez, doctor en pedagogía y director de programa del máster universitario de Formación de profesorado de la Universitat Oberta de Catalunya.

No es una petición extraña. Guillermo Bautista Pérez, doctor en pedagogía y director de programa del máster universitario de Formación de profesorado de ESO, Bachillerato, FP y Enseñanza de Idiomas de la Universitat Oberta de Catalunya comenta en este sentido que “hay que pensar más en la escuela como una inversión del presente y no sólo en una inversión de futuro”. “La escuela, -explica- debe hacer feliz a nuestro hijo, y no sólo convertirlo en un súper profesional preparado para cursar estudios de derecho, ingeniería o periodismo”. Estamos formando personas que necesitan mucho más que conocimientos para enfrentarse a la vida. Las habilidades y la educación emocional son esenciales en la capacidad de solucionar problemas, por lo que un proyecto educativo enfocado a las competencias que trata de forma integral a la persona es clave.

¿Pero como sabemos si la escuela tiene un enfoque globalizador y humanista donde los niños son protagonistas de su aprendizaje? Aquí tenéis ocho preguntas y respuestas para ayudaros a comparar proyectos educativos y orientaros en la elección.

¿Cómo están organizadas las aulas?

Habitualmente, una escuela donde el trabajo cooperativo es importante agrupa los alumnos en mesas redondas o juntando varias mesas en las aulas, de tal manera que se pueda trabajar en pequeños grupos heterogéneos.

Si la escuela está enfocada al aprendizaje cooperativo, tiene la garantía de que las habilidades sociales y la resolución de conflicto de los niños se estimularán. Los alumnos aprenden a organizarse, a asumir responsabilidades y trabajar en equipo.

¿Qué tiempo dedica la escuela al trabajo por proyectos?

El trabajo por proyectos, en el que se escoge una temática que se trabaja integrando las diferentes disciplinas académicas, es el recurso idóneo para trabajar las competencias. Los niños aprenden a investigar y a ser críticos. Además, según el profesor Bautista, “si los proyectos están muy relacionados con lo que ocurre en la vida real, es un aprendizaje de vida”.

Gran parte de las escuelas ya trabajan por proyectos, pero dependiendo del tiempo que le dediquen durante el curso, se podrá valorar la importancia que la escuela da al trabajo interdisciplinario y a la preparación integral de los niños. No es lo mismo trabajar en un proyecto tres semanas al año que hacer un proyecto diferente cada trimestre o dedicarle un tiempo cada semana.

¿Qué tipo de material se utiliza en la escuela?

Una escuela donde las nuevas tecnologías estén muy presentes os puede parecer muy innovadora. “Es cierto que el uso de las nuevas tecnologías puede ser una herramienta muy potente, ya que hace el aprendizaje más divertido, pero sobre todo tiene sentido en un contexto integral donde la tecnología no es el fin, sino el recurso”, clarifica Guillermo Bautista, profesor de pedagogía de la UOC. Las tablets y los ordenadores no sólo son una alternativa a los libros de texto para hacer ejercicios, sino que pueden ayudar a los alumnos a crear contenidos. Crear un mural interactivo para un proyecto convierte a los alumnos en consumidores activos de tecnología y no en meros usuarios, por ejemplo.

Intentad recordar también cuáles y cuántos trabajos había expuestos en las aulas durante las puertas abiertas. Os pueden dar pistas relacionadas con el tipo de sistema educativo que prevalece en la escuela: uno más participativo o uno que se basa en la clase magistral. En el ciclo infantil quizás es menos evidente, pero en primaria se ve mucho más claro.

¿Cómo trata la escuela la atención a la diversidad?

Si el centro dispone de medidas de atención a la diversidad de necesidades de los alumnos, ya es un paso. Pero debería ir más allá del refuerzo y la ampliación de aprendizajes. La aplicación de estrategias de trabajo cooperativo y una atención más personalizada de los alumnos son señales de que el rol del niño en la escuela como persona es importante.

¿Qué papel juega la familia en la escuela?

“Una escuela donde la implicación de la familia va más allá que llevar material para hacer las manualidades o los proyectos puede ser muy enriquecedora a nivel educativo”, comenta Bautista, doctor en pedagogía. Una escuela donde los padres participan con sus hijos en actividades concretas como viniedo a explicar su oficio u ofrecer hacer talleres relacionados con el proyecto acerca la vida cotidiana al aula y demuestra que el profesorado tiene la capacidad de responder y reconducir las actividades adaptándose a las necesidades y el momento.

¿Una escuela sólo de primaria o una en la que se puedan estudiar también la ESO y el bachillerato?

La continuidad tiene ventajas. Entre otros, el hecho de mantener los mismos amigos. Pero cambiar de aires también puede ser positivo para la experiencia de escolarización del menor. De los retos se aprende. Además, es una oportunidad para descubrir otras formas de hacer, aunque es recomendable pasar a un proyecto pedagógicamente similar al de la primaria.

¿Las lenguas extranjeras son un factor decisivo?

Son un plus. Un centro que imparte lenguas extranjeras en las primeras edades es interesante, porque son las mejores edades para la enseñanza de las lenguas. Pero no debería ser un factor determinante si no va acompañado de un proyecto educativo integral y por competencias.

¿Qué peso deben tener las actividades extraescolares?

Lo más importante es que se analice si están planteadas con seriedad y rigor, porque a veces son meramente un parking infantil.

“En definitiva -concluye el profesor Guillermo Bautista-, se debe pensar en las habilidades comunicativas, la transmisión de valores, las normas y el trabajo de emociones cuando se elige una escuela, pero por encima de todo cada familia debe conocer su hijo y elegir en base a que lo hará feliz y hará crecer como persona”.

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